La pandemia que ha recorrido los cinco continentes y que a la fecha deja más de 200.000 personas contagiadas y cerca de 8.000 muertes, ha desestabilizado al mundo entero, llevándolo a una crisis social, económica y de salubridad sin precedentes en la historia reciente. El COVID-19 le ha recordado a la humanidad su fragilidad, pero ¿están los sistemas de salud del mundo, especialmente el colombiano, preparados para enfrentar una pandemia de tal magnitud?
Muchos países, como Colombia, se encuentran en estos momentos en la fase de contención de la enfermedad: cuarentenas, cierre de colegios y universidades, cierre de fronteras, restricciones en el ingreso de extranjeros al país y la prohibición de eventos masivos, son algunas de las medidas tomadas para evitar la propagación masiva del virus. Infortunadamente, en países como Italia o España, diferentes condiciones entre ellas la toma tardía de decisiones contundentes, los enfrentó a un desbordamiento de los servicios de salud, pues la cantidad de contagiados excedió los recursos del sistema e incluso la capacidad instalada de los profesionales de la salud de esos países.
La estrategia de frenar la propagación del COVID-19 se está llevado a cabo en gran parte del mundo con el distanciamiento social, para evitar que un mayor número de casos se presenten en un determinado y limitado tiempo; el trance del virus debe buscar que el contagio se realice de manera progresiva. La realidad es que ningún sistema de salud en el mundo está preparado para enfrentar de manera oportuna una proporción de contagios desmesurados, menos aún si los pacientes que contraen el virus, requieren según la gravedad del caso, de hospitalización en unidades de cuidados intensivos, lo que significa mayor número de camas y equipos a disposición para tratar al paciente de manera efectiva.
¿Cuál es el panorama del sistema de salud colombiano frente a la pandemia?
A la fecha el país ya supero los cien casos confirmados con el COVID-19, y quizá una de las grandes preocupaciones y obstáculos del sistema, son los recursos que actualmente se destinan para la salud de los colombianos, pues muchas de las instituciones hospitalarias no cuentan con la infraestructura, ni con la adecuación necesaria para hacer frente a una eventual crisis sanitaria de gran escala. Esto sin mencionar que los profesionales de salud, en muchos casos, tampoco cuentan con los elementos adecuados de bioseguridad para tratar a un paciente contagiado con el coronavirus.
Así lo hizo saber, recientemente la Fundación para la Investigación y el Desarrollo de la Salud y la Seguridad Social (Fedesalud), afirmando que la falta de medidas y de hospitales adecuados para un aislamiento estricto, llevan a que sean los médicos, especialistas y demás ocupaciones del sector salud, los más vulnerables para enfrentar la pandemia. -Si los médicos y enfermeros, así como otros profesionales, no cuentan con los equipos de protección personal –EPP– resultarán contagiados, sin duda alguna, y se convertirán en enfermos o portadores asintomáticos del virus, extendiendo la epidemia– advierte la entidad en su pronunciamiento.
Por otro lado, la Asociación Colombiana de Sociedades Científicas, (ACSC), también manifestó su preocupación con el incremento de los casos confirmados de COVID-19, pues el país no cuenta con la disponibilidad de unidades de cuidados intensivos para dar frente a la crisis sanitaria. Según la ACSC, Colombia tiene actualmente una capacidad real de 5.300 camas en UCI. Sin embargo, solamente entre el 10 y el 15% tiene el aislamiento adecuado como para atender pacientes de COVID-19 severo. Lo cual significa, que en el país solo habría alrededor de 750 camas para manejar pacientes con coronavirus bajo protocolos de aislamiento como corresponde, para que estos a su vez no contagien a otros pacientes.
Estas cifras son preocupantes y se traducirían en un eventual desbordamiento del sistema de salud, sino se toman medidas más drásticas para contener la pandemia y si no se destinan los recursos necesarios, por parte del Gobierno Nacional a las instituciones prestadoras de salud para mejorar su infraestructura. Además, que se debe garantizar de manera obligatoria los elementos de protección para todo el talento humano en salud e intensificar las medidas de bioseguridad del personal médico para evitar el contagio entre ellos.
Esta crisis sanitaria no solo le ha mostrado al mundo su vulnerabilidad, sino que además está marcando un precedente histórico, para que la salud sea una prioridad en Colombia y para que a todo el talento humano del gremio se le garanticen las condiciones adecuadas para el ejercicio de su profesión, pues finalmente son ellos quienes en este momento se encuentran librando la que quizá sea una de las guerras más difíciles de la humanidad en su historia reciente, la del coronavirus.