Obituario escrito por la Dra. Olga Marina Restrepo
Cuando una persona fallece, su falta de presencia física hace que todos hablemos de él, de sus cualidades y características, de cuanto le queríamos, de lo que hizo y cómo influyó en las personas que lo rodeaban y en su comunidad.
Cuando hablamos del Dr. Pedro Bonivento Fernández, debemos hacerlo de un estilo de vida, de principios y como estos estaban presentes en todas las acciones de su vida.
Sin lugar a dudas amó la vida a través de sus padres y luego de su esposa e hijos, teniendo muy en claro que ellos eran su núcleo. Desarrolló su carrera de medicina como pionero en una facultad recién creada, en las montañas andinas, lejana de su querida Santa Marta natal, pero que con el paso del tiempo se convirtió en su patria chica. Como si fuera poco por ser un estudiante destacado, fue elegido para ser el primer estudiante de posgrado de anestesiología en la Universidad de Caldas, de donde había egresado como médico. Así se fue deslumbrando un pionero discreto y capaz, que se constituyó por más de treinta años en un destacado profesor de anestesiología.
Respetaba y amaba sus alumnos, a cada uno le daba lo que él creía que necesitaba. Tenía variedad de prácticas pedagógicas, muchas de ellas innovadoras para la época: casos clínicos; revisiones de tema con los estudiantes de posgrado, que además servían para desarrollar sus habilidades pedagógicas con los estudiantes de pregrado; clubes de revista para estudiantes de pregrado y una asistencia y acompañamiento con los pacientes que nada tenía que envidiar a las actuales simulaciones de alta fidelidad.
Durante sus actividades como docente mostraba ecuanimidad y dominio de las situaciónes urgentes que se presentaban, con lo cual transmitía seguridad y permitía desarrollar las hoy muy conocidas habilidades no técnicas. Conocía bien las capacidades de sus colegas y lograba que les enseñaran a sus alumnos estas y sus experiencias. Nunca hablaba mal de sus colegas. En público era discreto y en privado un consejero capaz, incluso tenía la habilidad de hacer que sus alumnos se sintieran como sus hijos. Reprendía y corregía sin aspavientos de ser el más conocedor o el mejor profesor, solo deseaba que todos fuéramos mejores seres humanos y médicos.
A través de su ejercicio y su enseñanza en pregrado hizo que se respetara mucho la especialidad y motivó a muchos de sus alumnos a escoger la especialidad de la anestesiología como camino de vida por ser ésta integral, humana e importante.
Unía el conocimiento científico, las habilidades y la humanidad de una forma prodigiosa, además estaba bien informado de la realidad del mundo y con ello lograba ubicar fácil el futuro y sus posibilidades.
Maestro, todo eso lo hizo un maestro, fue el que enseñó, educó, dio ejemplo y sobre todo demostró que siendo fiel a sus principios, podía tener una vida satisfactoria y plena que podía influir y congregar.
Cuanta falta nos harás.