Este martes 16 de diciembre fue radicado ante el Congreso de la República el Proyecto de Ley 346 de 2025 S, una iniciativa histórica que busca reformar profundamente la manera en que Colombia previene, gestiona y trata las condiciones relacionadas con la propia sangre de las personas. Esta iniciativa propone la creación de una Política Nacional en Salud Sanguínea y Gestión de la Sangre del Paciente, una estrategia recomendada por la Organización Mundial de la Salud (OMS) y adoptada con excelentes resultados en múltiples países.
“Cada gota cuenta: esta ley pone la vida, la seguridad y la dignidad del paciente por encima de la improvisación y la indiferencia. Si no actuamos ahora, seguiremos perdiendo vidas y bienestar por causas prevenibles.”
Una realidad que ya no puede ignorarse
La situación actual del país exige acción urgente:
- Más del 30% de la población colombiana padece anemia, principalmente por deficiencia de hierro, aumentando el riesgo en cirugías, partos y cuidados críticos.
- Las transfusiones —frecuentemente usadas como primera opción para corregir las condiciones sanguíneas— implican importantes riesgos: reacciones adversas, infecciones, errores y complicaciones graves.
- El sistema enfrenta fragmentación y brechas clínicas: falta de protocolos estandarizados, un sistema de hemovigilancia con oportunidades de mejora y ausencia de una estrategia nacional para prevenir alteraciones sanguíneas severas antes de que ocurra una contingencia de salud, cualquiera que esta sea (ej. Una cirugía, un tratamiento de quimioterapia, etc.).
- El proyecto surge del consenso científico y clínico que demuestra que la propia sangre del individuo debe ser el objetivo terapéutico más importante, y por tanto su integridad debe asegurarse para promover la salud, proteger la salud y prevenir la enfermedad. Tal y como lo alerta la OMS, la creciente conciencia sobre los riesgos directos e indirectos como resultado de una salud sanguínea subóptima y del uso indiscriminado de las transfusiones exige un cambio estructural en la forma de cuidar la salud de las personas.
Una ley centrada en el paciente: eficaz, ética y costo-efectiva
El modelo de Gestión de la Sangre del Paciente (GSP / PBM) propone una transformación integral que permite:
- Prevenir y tratar la anemia y los déficits carenciales que la originan desde etapas tempranas.
- Reducir la necesidad de transfusiones mediante diagnósticos oportunos y optimización de la sangre del propio paciente.
- Disminuir complicaciones graves, infecciones y eventos adversos asociados al uso no apropiado de las transfusiones.
- Garantizar calidad, seguridad y trazabilidad con rutas clínicas unificadas encaminadas a salvaguardar y optimizar el tejido sanguíneo, capacitación continua para el personal de salud y vigilancia estandarizada del cumplimiento de estos nuevos estándares en todo el territorio nacional.
Entre sus impactos esperados se destacan:
- Logro temprano de una salud integral con mejores resultados clínicos y menos complicaciones en cirugías, partos y tratamientos complejos.
- Disminución sostenible de las estancias hospitalarias y el uso racional de recursos, generando ahorros significativos para el sistema.
- Equidad en el acceso: todos los hospitales del país deberán cumplir los estándares mínimos de seguridad para la vigilancia y protección de la sangre de los individuos.
- Transparencia y gobernanza, mediante la creación del Consejo Nacional de Gestión de la Sangre del Paciente y el Observatorio Nacional de Salud Sanguínea.
Beneficios directos para la salud materna y poblaciones vulnerables
La hemorragia obstétrica continúa siendo una de las principales causas de mortalidad materna en Colombia. La implementación estructurada de la GSP permitiría reducir de manera significativa estos eventos prevenibles, gracias a rutas clínicas que aseguren la detección y el manejo oportuno de la anemia gestacional, la optimización de la coagulación y disponibilidad segura de estrategias para reducir la exposición indiscriminada a las transfusiones.
“Al mejorar las condiciones sanguíneas y la seguridad transfusional, se protege la vida de madres, recién nacidos y pacientes críticos, evitando complicaciones letales y transfusiones innecesarias”.
Un llamado a la responsabilidad colectiva y al compromiso con la vida
Este proyecto no es una reforma técnica más. Es una oportunidad para transformar verdaderamente el sistema de salud colombiano con políticas centradas en el paciente y basadas en evidencia, costo-efectivas y profundamente humanas. Su impacto depende de la articulación entre el Estado, las instituciones de salud, la academia, la comunidad científica y la sociedad civil. La radicación de este proyecto representa un paso decisivo para que Colombia avance hacia un modelo moderno y seguro de atención en salud, donde la propia sangre de las personas sea declarada como un órgano vital, como lo es el corazón o el cerebro.



