En el marco del Foro de la responsabilidad de los actores del sistema de salud: autonomía médica, calidad y autorregulación organizado por Revista Semana se debatieron diferentes aspectos entorno a la importancia que ejerce la autonomía en el ejercicio de la profesión y su repercusión en la calidad de los servicios de salud prestados.
Durante el evento, el ministro de Salud, Juan Pablo Uribe afirmó que la autonomía médica es fundamental en los desempeños de los sistemas de salud, no sólo porque contribuye al sostenimiento financiero, sino por la capacidad que otorga al médico para atender con respeto al paciente y sus familias.
El Ministro también acotó que la meta del Gobierno es mantener y mejorar el sistema de salud, garantizando el acceso a los ciudadanos, sosteniendo la cobertura universal y protegiendo el gasto de bolsillo de los colombianos, pero también logrando un equilibrio financiero.
“Queremos cerrar esa profunda disparidad que mantiene el país si queremos resolverles a los ciudadanos las dificultades que tienen con los servicios de salud, como citas que no se dan a tiempo, medicamentos incompletos y trato digno, tenemos que hacer uso correcto de la autonomía médica” afirmó el Ministro al cierre de su intervención.
De otro lado, el director de Talento Humano en Salud del Ministerio, Luis Gabriel Bernal, afirmó que en Colombia existen aproximadamente 650 mil trabajadores en el sector salud, de los cuales cerca de 108 mil son médicos y 25 mil son especialistas; lo que representa un brecha en Colombia, ya que no existe suficiencia de talento humano en salud en el país sobre todo en municipios pequeños y zonas dispersas del territorio colombiano. Asimismo, recalcó que en la medida en que se inviertan recursos en la formación del talento humano en salud, la calidad de atención en el país mejorará.
Por otra parte y a pesar de que la Ley Estatutaria de Salud, garantiza la autonomía de los profesionales de la salud para adoptar decisiones sobre el diagnóstico y tratamiento de los pacientes que tienen a su cargo, todavía existe un largo camino por recorrer por parte del Estado, las sociedades científicas y todos los actores del sistema, para garantizar una autonomía ejercida en el marco de la autorregulación, la ética, racionalidad y la evidencia científica, tal y como lo establece la normatividad.